Este recorrido nunca me ha dejado indiferente: por su originalidad al saber buscar las lineas lógicas de la pared, por conocer a sus aperturistas, unos tipos singulares, por la famosa travesía del quinto largo que un amigo mio afirmaba que la llamaban "de los corazones detenidos", por lo excepcional del mirador al que desde la travesía se accede bautizado como "el trono", que mejor nombre. En fin para mi siempre ha marcado una etapa en mis deambulares rigleros, o por lo menos yo lo he querido así.
En 1981 cuando en el tercer largo me baje, con el "coco muy rallado." Eran otros tiempos, había otro equipamiento, la autoprotección y asegurar con ocho o a hombro no era algo raro, era lo habitual. Yo era joven, y desde luego no estaba en un buen momento. Cambie de rumbo, cambie de ilusiones y posiblemente todo sucedió para bien. Esto siempre me lo ha recordado Carlos, aquel día esta ruta marco mi destino.
En 1988, en un fugaz regreso la escalamos junto Pablo Ruiz y Miguel Pequerul "el peque", supuso un gran alivio poder finalizar el recorrido, solo llegamos hasta "el trono", pero fue suficiente.
En 2007, junto con Lorenzo Pueyo. Otros tiempos, otra mentalidad, el plan renove había funcionado. Aquel día subimos hasta la cumbre del Mallo Visera, fue un día perfecto.
Pero aún así tenía una cuestión pendiente, abrir lo largos de la parte superior del recorrido. El día 18 quede con Ruben y Pilar. Diré que Ruben es un tío muy positivo y entusiasta, que con mucha ilusión y también técnica se está aventurando en el mundo de la "tapia". Era su primera vía larga en Riglos y estaba emocionado. Con Pilar escalo habitualmente y es de toda confianza.
Nos repartimos los largos, quedando que Ruben haría los cuatro primeros, hasta la reunión anterior a la travesía y yo el resto. Mientras escalaba le ví tirar de primero con mucha confianza y buen hacer, le explique un par de "cositas" al llegar a la primera reunión y todo lo demás fue perfecto, tanto que cuando llegamos al inicio de la travesía me dijo que quería seguir de primero, no me importó puesto que en este bello y aéreo largo da igual ir de "cabeza de cuerda" que de "segundo" .
Después, instalados en la comodidad del "trono" llegó mi turno, no lo pensé dos veces y todo fluyó con relativa facilidad. Las "panzas" no se resistierón más allá del apretón necesario para superarlas, fue fantástico. Minutos después subieron mis compañeros.
Los dos siguientes largos, a excepción de la "panza" de salida de la reunión fueron un mero tramite, perdiendo el recorrido severidad hasta desembocar en la cima. Arriba los tres juntos nos dimos un gran abrazo, abajo los tres también nos regalamos un festival de cerveza.
- Vía totalmente equipada con "paraboles" y "chapas" blancas.
- Dificultad máxima 6b.
- Material, 13 cintas expres, más reuniones. Cuerda simple o doble de 60 metros.
- Descenso. Caminando, seguir desde la cima hacia la derecha por un camino poco marcado hacia el collado que marca "el circo de verano del Pisón", de la canal que baja bordeando la Visera. Existe la posibilidad de abandono desde "el trono" por el lado derecho mediante un rapel de unos 10 metros, desde aquí por una repisa llegar a un árbol, trepar un poco y enlazar con el descenso de la Visera.
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