Cuando camino, miles de ideas y pensamientos galopan por mi mente. Aquella mañana cuando llegué al ibón de la Llardaneta el reflejo sobre el agua de los picos de la Forqueta y collado de Eriste me hicieron recordar esa búsqueda de la paz interior que el budismo Zen, a través de la meditación, enseña. "Mizu no kokoro", el espíritu calmado como el agua del estanque.
El sol bañaba ya el collado de Eriste, hacia el que me dirigía con la intención de realizar la travesía de la cresta Espadas - Posets. Caminaba despacio pero sin pausa, como los viejos guias alpinos y eso me permitía un avance cómodo y rápido. El sonido de las "chovas" indicó que estaba próximo al collado, no hacia viento y la vista era espectacular. Paré unos instantes para comer algo, ponerme el arnés y colocar un poco de material "por si acaso".
Inicié el recorrido, al principio me surgió alguna duda por la aparentemente dificultad de los Pitones de la Llardaneta, aunque luego no fue para tanto. Estaba como el día, calmado y decidí iniciar el recorrido por el lado izquierdo. Tras una trepada (III+) algo difícil y un "destrepe" por una roca de mala calidad, llegué al vértice de la cresta dirección al Diente Royo (3010 mts). Este me mostró su pared más vertical, por lo que al principio dudé por donde continuar pero antes de impacientarme recordé esa máxima que dice "el camino del valiente no sigue los pasos de la estupidez", por lo que estudié con calma las posibilidades que el muro me ofrecía, dándome cuenta que por el lado izquierdo este monte facilita la ascensión. Minutos después estaba en la cima.
Continué hacia la cima del Pavots (3121 mts), siguiente cumbre. La cresta más suave y amable, me permitió caminar entre dos valles y pensar en la dualidad de las cosas, en lo correcto e incorrecto, en la amistad y en el odio, en la lealtad y en la traición, en la honradez y el deshonor, cuestiones que nos acompañan durante toda la vida. Fui tan absorto que pasé de largo la cima del Pavots .
En el siguiente tramo del recorrido que me llevó hacia el Espadas (3332 mts), volvió la acción, nuevamente debí trepar algunos pasos (III), desde la cima se divisaba ya el Posets, pero para llegar todavía quedaba, y debia vivir cada momento del camino.
La cresta continuó, un "destrepe" sencillo me dejó el el "paso de funambulista", allí encontré un grupo de personas que lo realizaba con extrema precaución, incluso diría que con temor, pensé que la muerte no es una maldición a evitar, sino más bien en que es la forma natural de acabar la vida. Los excursionistas me cedieron el paso, al final de este tramo un paso de (III+/-IV) me devolvió a la arista.
Dos cimas más Tuca de la Llardaneta (3311 mts) y Tuqueta Roya (3273 mts) y un destrepe me dejaron a pie de la rampa "somital" del Posets (3375 mts). En pocos minutos estaba en la cima, mi ánimo era igual que al principio, calmado, sólo la voz de quienes habían hecho cumbre por la ruta normal me devolvía, a veces, a la realidad. Para mi ese día había meditado en movimiento, y sin darme cuenta había calmado las aguas de mi estanque.
*Horario de actividad: del refugio al collado de Eriste de 2 a 2.30 horas, recorrido de la cresta de 4 a 6 horas.
*Material necesario: cuerda, 2 o 3 anillos de cuerda y 4 mosquetones. Piolet y crampones según época del año.
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