Ya parece que empieza a hacer algo más de frío y como que no apetece mucho ponerse a remojo. Así que como también hay decensos de carácter seco, nos hemo ido hasta el valle de Gistaín para bajar este barranco.
La mañana es muy soleada pero solamente 9ºC de temperatura nos reciben. Los neoprenos esta vez se quedan en casa y con ropa de treking nos basta porque esperamos no mojarnos en ningún momento. Dejamos el coche en una pista tras atravesar el pueblo de Saravillo, y en una hora y pico ya estamos en cauce del barranco. Antes hemos pasado junto al refugio de Santa Isabel. El paseo es muy bonito y con unas vistas preciosas.
Primeros rápeles en los que la longitud va desde 15 metros hasta 25 metros, antes de entrar en el gran circo. A partir de aquí una gran vertical aparece ante nosotros. Desnivel que salvaremos en tres rápeles de 50 metros de longitud. Finalizamos el descenso con una zona bonita encajonada de cuatro rápeles con una longitud máxima de 25 metros.
Hemos tardado solamente un par de horas en hacerlo. Digo esto porque las guías marcan casi 4 horas. Una pena que no corra el agua porque estaríamos ante un barranco excepcional. El equipamiento es excelente y las vistas del valle son magníficas con el Monte Perdido al fondo.
Esta vez nos ha tocado "aguantar" a Nazario y a Fernando.
Os dejo aquí un enlace con una bueña reseña del mismo.
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