Después de varios kilómetros desde el pueblecito de Sin, llegamos a Saravillo desde donde tomamos una pista, que en su primera parte estaba mal pero que al acercarnos a la cabecera del barranco mejora bastante. Decidimos hacerlo de esta manera ya debíamos transportar más 170 metros de cuerdas y a condición de que el más joven y rápido del grupo volviese luego corriendo a por el coche.
La información de la que disponemos es que deberemos hacer dos rápeles cortos antes de llegar al gran salto de 135 metros. Pero nos encontramos que han equipado algún resalte más y al final aparecen 4 rápeles más, que no sobrepasan los 12 metros de altura.
Impresionante la sensación de vacío cuando llegamos al punto clave del descenso, una cascada de 135 metros divida en 3 rápeles, el primero de 35 m, 40 m para el segundo y para el último 60 m.
El inicial tiene una parte volada donde la cascada nos pega una buena ducha pero sin causar problemas. Sin problemas de recuperación de cuerdas iniciamos el segundo donde al final hay que realizar un pequeño péndulo hacia la izquierda para llegar a la última reunión. Desde aquí hasta el suelo para dar por finalizada la actividad.
Tras dos horas de actividad finalizamos el barranco que ha resultado no apto cardíacos, exigente en el manejo de cuerdas y con un final espectacular. Sólo queda la carrera hasta el coche y para la gente mayor que me acompaña la difícil empresa de salir del río vivos.
El resto de fotos aquí:
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